Cuando el Zar Pedro I el Grande era un niño que soñaba con conocer qué había más allá de RusiaSe prometió a si mismo que a la patria que él amaba, la dotaría de una ciudad tan grande como las de todas aquellas potencias extranjeras en los confines del mundo que viajeros y marineros le relataban. Años más tarde, convertido en héroe tras derrotar al Reino de Suecia en 1700, pudo hacer el sueño realidad, ya que sobre la zona de Ingria, arrebatada a los suecos, edificaría la ciudad que tanto ansiaba con el nombre de San Petesburgo.
La guerra del eje contra la Unión Soviética fue de conquista y de exterminio.Se busco eliminar sistemáticamente a todo una serie de pueblos.
Leningrado era uno de los principales objetivos para la Operación Barbarroja, pues era la primera ciudad con un importante nudo de comunicaciones en lo que respecta al Norte del país. Tanto Alemania como Finlandia habían diseñado un plan de conquista a la ciudad. El problema que presentaba Leningrado era la gran cantidad de población a la que alimentar, casi a 3.000.000 de ciudadanos.
A través de un cierre compacto por tierra de los ejércitos germano-finés, y por mar bloqueando el puerto embarcaciones menores de la marina italiana, finesa y alemana, ningún alimento podría entrar en la ciudad. Además para socavar la moral de los civiles, la aviación alemana (Luftwaffe) y la finlandesa (Ilmavoimat), causarían la destrucción y la muerte sobre la metrópolis, incluyendo también los bombardeos de aprovisionamiento a través del Lago Ladoga. Al Führer le entusiasmó la idea de acabar con Leningrado de esa manera, lo mismo que al mariscal de la Luftwaffe, Herman Goëring, ambos dieron su aprobación al general Ritter Von Leeb para llevar a cabo el asedio. Si la operación tenía éxito y la mayor parte de la población fallecía, el Eje procedería a entrar en la ciudad, que sería ocupada por tropas finesas y anexionada por Finlandia.
Fuerzas del Eje:Grupo de Ejércitos Norte Alemán (Mariscal Ritter Von Leeb)·XVIII Ejército-XLII Cuerpo-XXVI Cuerpo·XVI Ejército-XXVIII Cuerpo-I Cuerpo-X Cuerpo-II Cuerpo-L Cuerpo·IV Ejército Panzer-XXXVIII Cuerpo-XLI Cuerpo-LVI CuerpoFuerza de Defensa Finlandesa (Mariscal Erich Von Mannerheim)-I Cuerpo-II Cuerpo-IV Cuerpo-Destacamento Naval KDivisión Azul Española (General Emilio Esteban Infantes)XII Flotilla MAS Italiana (Capitán Giuseppe Bianchini)Fuerza Aérea del Eje (Mariscal Herman Göering)-Luftwaffe Alemana-Ilmavoimat Finlandesa-Escuadrilla Azul Española
Plan de la Unión Soviética:
Los habitantes de Leningrado ya habían conocido más o menos qué era estar en un conflicto bélico con la Guerra Guerra Ruso-Finesa de 1939-1940.En esta misma contienda, la cercanía del frente con Finlandia al lado, derivó en un racionamiento diario que la gente muy a menudo se saltó, mostrándose enfadada con las autoridades. Al producirse un año después la Operación Barbarroja el 22 de Junio de 1941, una guerra nuevamente con Finlandia y en esta ocasión también con Alemania, el frente estaba lejos a unos 800 kilómetros de distancia de los alemanes y a unos 100 kilómetros de los fineses, aunque realmente el peligro venía de los germanos. La economía de la metrópoli se basaba por aquel entonces en la pesca o las industrias de madera, papel, tipográficas, productos químicos, vidrios, jabón y curtidos.
Comandante de la guarnición de Leningrado fue designado el general Markian Popov, teniendo como segundos al secretario político Andrei Zhdanov y al alcalde Pyotr Popkov. La medidas no se tomaron hasta el 27 de Junio, lanzando una normativa en la que se prohibían guardar víveres de más y se imponía un toque de queda que impedía estar en la calle desde la medianoche hasta las 4:00 horas de la madrugada, limitando las jornadas de lugares de recreo, parques o restaurantes. El día 29 de Junio se llamó a la movilización general en la que toda la población debía trabajar en tareas de fortificación, excavación de trincheras, zanjas anticarro, refugios antiaéreos, tendidos de dientes de dragón, forraje de edificios de sacos terreros o formar parte de la Defensa Civil que contó con 14.000 voluntarios, únicamente se exceptuaron mujeres embarazadas, enfermos y menores de 16 o mayores de 50 años. Fuera de Leningrado se cavó una línea defensiva de 80 kilómetros en torno al Río Luga con las mismas características.
El Ejército Rojo se distribuía con mucha complejidad: El VII Ejército (dos divisiones de fusileros, una división de defensa, una brigada de marineros, tres brigadas motorizadas y un regimiento blindado), el VIII Ejército con los 10 y 11 Cuerpos de Fusileros (ocho divisiones de fusileros), el XIV Ejército con el 42 Cuerpo de Fusileros (cuatro divisiones de fusileros y un regimiento motorizado), el XXIII Ejército con el 19 Cuerpo de Fusileros (cinco divisiones de fusileros y un regimiento de fusileros), el Grupo de Operaciones Luga con el 41 Cuerpo de Fusileros (tres divisiones de fusileros, una brigada blindada y un regimiento de fusileros), y el Grupo de Operaciones Kingisepp (una división blindada, dos divisiones de fusileros y dos divisiones de defensa).El primer gran ataque alemán en dirección de Leningrado fue lanzado en julio de 1941 por Von Leeb. Ocupada Pskov, punto fuerte de la linea Stalin, los soldados de la Wehrmacht se alargaron hasta 150 kilómetros de la espléndida capital de los zares. Después de aquel salto adelante los ejércitos alemanes, comprendidas casi tres divisiones, se dividieron en tres columnas para embestir la ciudad desde tres direcciones distintas y encerrarla en una tenaza. La maniobra tuvo pleno éxito. Puede clasificarse como el primer dia en que se inició el cierre del sitio sobre Leningrado, el 21 de Agosto de 1941,cuando los alemanes capturaron y cortaron la vía de ferrocarril de Chudovo, que interconectava la ciudad con la capital de Moscú.
![]() |
| Fortaleza de Schlusselburg |
En agosto la ciudad estaba casi totalmente rodeada. Quedaba sólo un estrecho pasillo al este, cuyo acceso estaba defendido por una antigua fortaleza, la de Schlüsselburg, levantada por los zares a la entrada del río Neva y transformada por los soviéticos en una modernísima plaza fuerte. Los rusos confiaban mucho en su capacidad de resistencia.Contaban con impedir el bloqueo completo de la ciudad. Pero en sólo cinco días la fortaleza cedió al choque de las divisiones alemanas, sostenidas por potentes escuadras aéreas. Leningrado estaba ya privada de comunicaciones terrestres con el resto de Rusia. Sólo por agua podían recibir todavía suministros, es decir, al oeste por la parte del golfo de Finlandia, y al nordeste por la parte del lago Ladoga. Pero los barcos y los aviones alemanes y finlandeses que tenían bajo control a la flota rusa del Báltico, encerrada en la base de Kronstadt, organizaron tal sistema de vigilancia que hasta los suministros por mar fueron imposibles. Para defender la ciudad, más de un millón de personas fue empleado en construir trincheras: viejos, mujeres, muchachos, trabajaron catorce horas al día cavando hoyos y fosas anticarro.
El enemigo avanzaba, pero ninguno pensaba en la evacuación.Algunas autoridades locales llegaron considerar casi como una deserción el abandono de la ciudad también por parte de mujeres y niños. "El pueblo está dispuesto a cavar trincheras, pero nunca dejará Leningrado", afirmaban las consignas propagandísticas del momento. Fue un error, porque la evacuación de la población menos activa habría podido reducir después el número de bocas que alimentar. Pero con el país en pleno caos no era fácil hacer previsiones.
Los alemanes estaban bastante seguros de que la ex capital rusa, encerrada en un cerco de hierro y fuego, continuamente batida por la artillería de tierra y los aviones de bombardeo, privada casi totalmente de suministros alimenticios, no tardaría en rendirse.Pero ni el mando de la plaza, confiado a Voroshilov, ni la población local tenían ninguna intención de ceder.
El enemigo avanzaba, pero ninguno pensaba en la evacuación.Algunas autoridades locales llegaron considerar casi como una deserción el abandono de la ciudad también por parte de mujeres y niños. "El pueblo está dispuesto a cavar trincheras, pero nunca dejará Leningrado", afirmaban las consignas propagandísticas del momento. Fue un error, porque la evacuación de la población menos activa habría podido reducir después el número de bocas que alimentar. Pero con el país en pleno caos no era fácil hacer previsiones.
La resistencia tomó aspectos verdaderamente épicos. Voroshilov había levantado en los campos circundantes numerosas obras de fortificación aprovechando la vasta red de canales que entrecruzan aquella faja de tierra. Muy pronto ésta se llenó de trincheras, minas y marañas de alambre de espino. Al mismo tiempo se empezó febrilmente a fortificar la ciudad misma. Todos los accesos a la ciudad, terrestres o marítimos, fueron transformados en un sistema defensivo dotado de cañones, de nidos de ametralladoras, de reductos antiaéreos. Las mismas casas de los barrios más expuestos, los meridionales, constituyeron una red de pequeñas fortalezas, cuya resistencia estaba reforzada por toneladas de cemento, masas de vigas de acero y empalizadas de gruesos troncos de árbol, cada una de las cuales tenía un espesor de nueve, diez e incluso doce troncos. También una de las islas escalonadas en la boca del Neva había sido transformada en un potente bastión: la isla Kretovski, sobre la que estaba a punto de ser terminada la construcción de un gigantesco estadio cuando estalló la guerra. Lo deshicieron a medias de modo que de lejos parecía un coliseo desmantelado. Los grandes bloques sirvieron para levantar fortines que fueron consolidados con hormigón y vigas, y dotados de ametralladoras, morteros y cañones anticarro. Así la zona más vulnerable de Leningrado, la expuesta a la invasión por mar, fue colocada en condiciones de oponer una formidable resistencia.![]() |
| Batería soviética M1909-30 de 152 mm abriendo fuego sobre las posiciones alemanas en los alrededores de Leningrado. |
| Fabrica Kirov en la actualidad |
Un trabajo de extraordinaria intensidad fue organizado en las fábricas bélicas y sobre todo en la mayor de ellas, el famoso establecimiento Putilov, que bajo el régimen comunista había sido rebautizado "fábrica Kirov", nombre de un jerarca comunista. Esa fábrica, que existía desde hacia siglo y medio y empleaba en tiempo normal más de 30.000 operarios, continuó sacando en serie continua, a pesar de los incesantes bombardeos, carros de combate cañones, motores y sobre todo municiones. Gracias a ella nunca faltaron proyectiles a los asediados. Además, la fábrica reparaba las armas desgastadas por el excesivo uso, incluidos los cañones. En otros establecimientos se fabricaban armas diferentes de las producidas en la "Kirov"; por ejemplo, bayonetas. Los rusos habían notado que los alemanes tenían horror a los asaltos a la bayoneta y combatían mal cuerpo a cuerpo. Tal comprobación empujó a los defensores de Leningrado a producir una gran cantidad de aquellas armas y a entablar duelos a la bayoneta en cualquier circunstancia propicia.
A mediados de agosto los carros alemanes llegaron a 30 kilómetros de la ciudad, mientras que al norte Finlandia movió también su ejército contra Leningrado. Sabiendo que estaban prácticamente solos (el ataque imprevisto de los alemanes había arrojado al país en tal caos que seria absurdo esperar la llegada de refuerzos), los ciudadanos se organizaron lo mejor posible para oponer al enemigo una defensa desesperada. El mando soviético de la ciudad proclamó la movilización de todos los hombres capaces de tomar un fusil.En aquellos días, 300.000 ciudadanos fueron incorporados a la milicia popular. Los obreros iban a la fábrica armados para estar dispuestos a la primera alarma. ![]() |
| Milicianos de la factoría Kirov. Estos hombres formaron parte de la 2ª División de la Milicia de Leningrado. |
Durante todo el asedio el comportamiento de los obreros fue tan ejemplar que algunas fábricas fueron condecoradas al valor civilMuchos obreros de esa misma fábrica formaron, además, un cuerpo armado que fue llamado "División Kirov". Llevaban el uniforme del Ejército Rojo, pero formaban parte de una especial unidad militar: la Guardia ciudadana de Leningrado. Su ejemplo fue imitado por obreros de otros establecimientos, que formaron otras divisiones. Con estos miles de hombres se formaron las mejores tropas de asalto de la ciudad asediada. Cada vez que los alemanes lanzaban un ataque, ellos respondían en seguida con el contraataque. Sus pérdidas fueron gravísimas, pero con frecuencia fue precisamente la intervención de estos voluntarios la que detuvo a los alemanes cuando iban a irrumpir en la ciudad. A las unidades obreras de infantería se sumaron poco a poco unidades de artillería, brigadas de carros armados y unidades paracaidistas.
Como en Moscú cuando los alemanes llegaron a las puertas de la ciudad, también en Leningrado las mujeres dieron admirables pruebas de actividad y de resistencia física y moral. Casi un 70 por 100 de los obreros de la "Kirov" dedicados a la elaboración estaba constituido por mujeres, algunas de ellas muy jóvenes. Más de 400.000 mujeres y muchachos salieron de Leningrado y cavaron alrededor zanjas, trincheras y fortificaciones, desafiando a los bombardeos. Cuando los alemanes llegaron a los suburbios de Leningrado seguros ya de poder dar el último salto adelante, chocaron con un laberinto de trincheras y fortificaciones, y una vez más tuvieron que detenerse. También el fundamental problema de la calefacción fue en parte resuelto por las mujeres. Cuando a través de la superficie helada del lago Ladoga fue posible comunicar con el resto del país, unas 10.000 mujeres fueron enviadas al otro lado del lago, donde cortaron en los bosques tal cantidad de leña que protegiera a Leningrado de los rigores invernales.
![]() |
Para evitar infiltraciones enemigas, actos de sabotaje y acciones de espionaje, la ciudad fue sometida a un riguroso toque de queda que se extendía desde el atardecer al alba. En esta enervante espera, cayó sobre la ciudad la sombra de las sospechas. Por miedo de dar información a los espías, los conductores de tranvías dejaron incluso de anunciar el nombre de las paradas. Entre tanto, los alemanes se preparaban para dar el golpe decisivo.Pero la ciudad resistió desesperadamente y el ataque enemigo fue rechazado tras una furiosa lucha. Vista la imposibilidad del ataque frontal, los alemanes modificaron sus planes y trataron de cercar la ciudad. El 8 de septiembre llegaron a las orillas del lago Ladoga. La ciudad estaba ya completamente cortada del resto de Rusia.
Para Leningrado no parecía haber ninguna vía de escape. Al norte, el ejército finlandés controla las florestas y las extensiones árticas; al oeste, el mar está controlado por los barcos alemanes y los submarinos, mientras que la flota soviética está atrapada en el mar Báltico. Al sur y al este el ejército alemán presiona hacia la ciudad, después de haber aislado ya la línea de tren que une Leningrado con Moscú. Finalmente, al nordeste está el inmenso lago Ladoga, circundado por bosques deshabitados y pantanos.
Leningrado está sola. Tres millones de personas están encerradas en una tenaza de hierro, sin reservas de víveres, municiones o carburante. Las primeras líneas alemanas están muy cerca. Distan 13 kilómetros del centro de la ciudad.
Aunque Moscú cayera, Leningrado resistiría. Esa es la consigna. La propaganda no dudaba ni siquiera frente a la antigua rivalidad entre Moscú y Leningrado. Hitler, entre tanto,habia dado ordenado a sus generales de arrasar totalmente la ciudad y de no hacer prisioneros. La población deberá ser empujada hacia las florestas y los pantanos y abandonada a su suerte. "No pensamos-había dicho-consumir nuestro trigo para alimentar a tres millones de leningradeses". El 30 de Agosto cayó el último nudo ferroviario de Mgu en manos alemanas, quedando Leningrado incomunicada por tren con el resto del Planeta Tierra. Al día siguiente, 31 de Agosto, se cerraba el paso terrestre por el Norte, entre el Mar Báltico y el Lago Ladoga, en cuanto los soldados finlandeses bloquearon el Istmo de Carelia a sólo 20 kilómetros de la ciudad, conquistando los municipios de Kirjasalo y Beloostrov. Leningrado estaba definitivamente cercada.
Era un día de domingo 1 de Septiembre de 1941, cuando los aviones alemanes de la Luftwaffe hicieron su primera aparición sobre Leningrado. La ciudad se estrenó con las bombas, siendo dañados algunos de los edificios y habiendo algunas bajas civiles.

Al día siguiente del primer bombardeo, 2 de Septiembre de 1941, comenzó el largo racionamiento de la ciudad que debía durar cuatro años. Para un período en el que no se sabía el tiempo, los expertos en nutrición racionaron lo único que tenían de la siguiente manera: azúcares para 60 días, grasas animales para 45 días, harina para 35 días, trigo para 35 días, carne sacrificada para 33 días y cereales para 30 días. Primeramente se distribuyó por cabeza a la semana medio kilo de carne, medio kilo de cereales, tres cuartos de kilo de azúcar y 200 gramos de grasa, mientras que a diario se recibían 800 gramos de pan. Para evitar saqueos, robos y flaquezas ante el enemigo, así como el mercado negro, se creó la Sección Especial del NKVD del Frente de Leningrado, la cual no dudaba en ejecutar a quién escondiese comida, tuviera bonos falsos o traficara ilegalmente alimentos. Restaurantes, cantinas y comedores sociales tuvieron sus propias cartillas que limitaban la comida, siendo para los trabajadores o militares la ración era mayor. A pesar de todas estas medidas no evitaron que la primera semana la gente comprara abusivamente los alimentos que todavía no habían pasado por el comité de racionamiento.
![]() |
| Civiles en busca del preciado alimento que es racionado |

![]() |
| Aviones finlandeses sobrevuelan la ciudad. |
En octubre cae la primera nieve, pero Leningrado resiste todavía.
![]() |
| Un suburbio de las afueras de Leningrado ha sido arrasado por el ejercito alemán |
Zdanov, que era entonces secretario del partido en Leningrado, fue obligado a buscar una solución. La única vía de suministro era el lago Ladoga helado, pero hacia falta que el hielo tuviese un espesor de al menos dos metros para sostener a las columnas de camiones. La gente rezó para que hiciese más frío. Durante el aniversario de la Revolución de Octubre, el 7 de Noviembre de 1941, la Luftwaffe lo celebró bombardeando Leningrado intensamente, sin embargo en la ciudad para elevar la moral hubo regalos para todos, ya que los niños recibieron una porción de leche con una cucharada de harina de patata, mientras que a los adultos se les entregó tomates salados.
El 22 de noviembre el termómetro señaló 25° bajo cero, y un voluntario a caballo fue enviado a través del lago para probar la nueva pista, a la que los leningradeses habían dado ya el nombre de "carretera de la vida". El experimento tiene éxito. El lago, cubierto de una capa de hielo de dos metros de espesor, es transitable. Zdanov ordena entonces construir una pista para los camiones a fin de enlazar Leningrado con el sector de ferrocarril hacia Moscú todavía en manos de los soviéticos.
Pocos días después la "carretera de la vida" está en plena actividad. El recorrido es largo y extremadamente difícil. Muchos camiones se hunden en las grietas, y la cantidad de víveres transportados a la ciudad resulta bastante limitada. Pero la gente puede utilizar de nuevo las cartillas de racionamiento para recibir las primeras raciones de pan congelado. Por desgracia estas provisiones son una gota de agua en el desierto. Con la entrada del invierno el hambre aumenta de día en día.
Junto con el hambre, el frío se reveló también como un enemigo más peligroso que los alemanes. Pero también los técnicos lograron hacerle frente. Durante más de medio siglo habían sido descargados en el puerto de Leningrado los barcos carboneros procedentes de una gran cuenca minera inglesa, la de Cardiff. Ya que, durante la descarga del carbón, siempre caía algo al mar, los leningradeses pensaron que en las aguas del puerto debían haberse acumulado, en cincuenta años, notables cantidades. Así que hicieron grandes agujeros en el hielo y bajaron buzos para explorar el fondo. La inspección tuvo el éxito esperado. Los buzos trabajaron sin pausa en el agua helada durante días y días. Finalmente, casi 5.000 toneladas de carbón fueron sacadas a la superficie, y Leningrado pudo calentarse.
Se trató de remediar la deficiencia de alimentos, que en los periodos más negros del asedio amenazó de muerte a centenares de miles de personas menos resistentes que otras, con la creación de huertos y, sobre todo, con campos de coles. En todos los rincones de la ciudad se encontraban coles: en los parques, en los jardines, en las plazas, en los patios.
Mientras esto sucedía, en los laboratorios los científicos estudiaban el medio de sustituir los alimentos. Descubren nuevos derivados, nuevos aditivos, e incluso inventan comida. Ahora, por ejemplo, la harina de trigo rinde mucho más porque el pan resulta comestible, aunque se compone de un 10 por 100 de semillas oleosas, un 10 por 100 de celulosa, un 20 por 100 de bolsas de harina trituradas, un 5 por 100 de masa y del 55 por 100 de trigo y centeno.
Las semillas de soja son utilizadas para hacer un líquido que se parece a la leche. La sopa puede hacerse con tripas de res desecadas, o bien echando simplemente agua caliente sobre agujas de pino. Naturalmente, no es ésta una clase de alimentación suficiente para sobrevivir, y la gente empieza pronto a morirse incluso en la calle. Mueren a cientos, y luego a miles. Según los certificados médicos, la muerte es causada siempre por "distrofia alimenticia", un eufemismo que significa hambre.
Los bombardeos continuaron bárbaramente sobre Leningrado, cortando el suministro de agua y por tanto agrandando los incendios en la ciudad, ni siquiera los equipos de bomberos podían hacer nada, hasta ellos mismos se desplomaban por falta de calorías. Con la crisis de comida se tuvo que reducir las raciones de los obreros y soldados a 600 gramos diarios, de otros empleados a 350 gramos y a familias convencionales a 300 gramos. Desesperados los habitantes tuvieron que obrar milagros para sobrevivir, uno de ellos fue convertir el azúcar quemado de una fábrica a causa de un bombardeo en un sirope calcinado que se podía mascar e ingerir sin riesgo como un caramelo. Científicos y químicos inventaron pan con un un 20% de harinas trituradas, un 10% de semillas oleosas y un 10% de celulosa, lo mismo que leche con semillas de soja o sopa de agua caliente de hojas de pino o cuero de zapato hervido. También rescataron del Lago Ladoga algunas toneladas de trigo que se pudieron secar y recuperar para comer. Leningrado recibió algo de abastecimiento por aire gracias al cercano aeródromo de Tijvin que efectuaba un puente aéreo con 45 toneldas de víveres diarios, pero en cuanto los alemanes lo supieron lanzaron un ataque contra aquella localidad. Tijvin fue conquistada el 9 de Noviembre por los alemanes, capturando además todos los aviones aparcados en el aeródromo, al tiempo que cercenaban así cualquier esperanza de los rusos por recibir suministros desde el aire.
La ruta del Lago Ladoga por Osinovets se congeló completamente con el frío haciendo imposible la navegación de gabarras. Expertos glaciólogos estudiaron el lago y afirmaron que la capa de hielo no sería transitable para vehículos hasta mediados de Enero del año siguiente porque el grosor era sólo de 10 centímetros, mientras tanto había que esperar. El problema es que si se esperaba más de lo previsto, Leningrado moriría de inanición, por lo que se formó un equipo en Osinovets formado por cinco personas, entre los que había cuatro funcionarios comunistas y un glaciólogo con un caballo; teniendo cada persona una ración para dos días de un cuarto de kilo de pan, un filete de carne seca prensada y una tableta de chocolate, el equino por su parte contaba con una alforja de hojas de árbol. El 18 de Noviembre este equipo partió a través del congelado Lago Ladoga a pié con el objetivo de llegar hasta Lednevo a 30 kilómetos mientras encontraban en esa ruta un suelo lo suficientemente duro con el que llevar suministros a Leningrado. Atados con cuerdas uno a otro para no perderse en medio de la ventisca, el glaciólogo se detenía cada varios cientos de metros para tomar muestras del hielo. Sin incidentes el equipo llegó ileso a Lednevo el día 20 por la tarde tras 70 horas de viaje. La investigación aportó que sería posible pasar sobre el hielo, aunque arriesgado enviar varios suministros a la ciudad. Pero lo cierto es que la ruta más segura estaba a 300 kilómetros de distancia, mucho más larga y exactamente en Zaborie, situada al otro lado del Lago Ladoga. Para subir la moral antes que tomar una dicisión precipitada, los soviéticos enviaron 10 camiones a Leningrado, consiguiendo llegar el 24 de Noviembre ocho de ellos con 33 toneladas, ya que dos se hundieron con sus conductores al romperse el hielo sobre el lago.
El 26 de noviembre de 1941 los alemanes reanudan las hostilidades, sometiendo la ciudad al cañoneo de los gruesos calibres.

El hambre era siempre el enemigo principal. Para comer se iba a rebuscar en el armario de las medicinas: la vieja botella de aceite de ricino, la loción para el pelo, la vaselina. Se hacia incluso menestra con el barniz raspado del papel de pared y de los muebles. Pero por desgracia no todos tenían en casa tales reservas de comida. A fines de noviembre no hay ya casi raciones que distribuir. El hambre es tan intensa que la gente llega a hervir madera y a mascar el cuero de los zapatos. Los muertos ya no se cuentan. Hay quien esconde el cadáver de un pariente para sacar sus raciones. Otros no dudan, impulsados por la desesperación y el hambre, en cocinar su carne para si y sus hijos.Pero Leningrado resiste a pesar de todas las previsiones. Viendo el resultado y el riesgo, desde Moscú víno la orden de que se construyera una larga carretera de hielo desde Zaborie.
Los trabajos para la construcción de la ruta desde Zaborie hasta Leningrado comenzaron el mismo Noviembre de 1941 bajo unas terribles condiciones invernales. En primer lugar se hubieron de talar los bosques que obstaculizaban el camino con centenares de trabajadores, que con picos, sierras o palas, trabajaban día y noche recibiendo únicamente 37 gramos de pan, un nabo y una patata. Más difíciles fueron las labores sobre el lago helado al tener que despejarse toneladas de nieve. Finalmente la obra de 300 kilómetros quedó terminada el 6 de Diciembre, bautizada como “Carretera de Socorro”. Diciembre de 1941: de los otros frentes empiezan a llegar noticias alentadoras. Delante de Moscú los alemanes han sido detenidos. Es la primera victoria soviética. Pero ¿podrá influir todo eso en la suerte de Leningrado? Los defensores de la ciudad deciden hacer también alguna cosa. Mejor morir combatiendo que de hambre. Todas las fuerzas disponibles son lanzadas al ataque intentando romper el cerco. También desde el exterior el Ejército Rojo se mueve a espaldas de las líneas alemanas. La batalla ruge durante días, pero los defensores de la ciudad no logran ningún progreso. Mas desde el exterior el Ejército Rojo consigue rechazar en algunos kilómetros a las fuerzas alemanas. Así, aun no logrando romper el asedio, el modesto avance logrado por los rusos es suficiente para permitir la construcción de un ferrocarril hasta el lago Ladoga.El mismo dia en que fue construida, partió el primer convoy de 350 camiones, que tardó seis días en llegar a su objetivo, entre las causas estaban averías o las 27 horas que se encontraron detenidos sobre el Lago Ladoga por la debilidad del hielo. Gracias a esa ruta, que los habitantes de Leningrado denominaron “Carretera de la Vida”, pudo seguir entrando comida en la ciudad, aunque a cuentagotas.
Fuera de Leningrado, en torno al cerco, los combates proseguían entre los germano-fineses y el Ejército Rojo. Tras cruzar el Río Sestra, los finlandeses iniciaron una batalla sobre el Monte Munakukkula que duró varios días, incluyendo combates cuerpo a cuerpo a bayoneta, que después de varias conquistas y reconquistas, cayó en manos finesas ese mismo Noviembre. Pero la mayor batalla tuvo lugar el 9 de Diciembre de 1941, cuando el Ejército Rojo, decaído por el cerco, se lanzó contra Tijvin en asalto y obró el milagro, pues recapturó su aeródromo y venció a los alemanes en la zona provocándoles 7.000 bajas entre muertos y heridos.
Tijvin liberado y reestablecida la ruta por el Lago Ladoga, los soviéticos se encontraron ante un nuevo problema, ya que los alemanes volaron todos los puentes disponibles. De nuevo la mano de obra hubo de destinarse a construir puentes en una situación crítica sin alimentos, muriendo muchos en el intento. Pero a pesar de las dificultades, el tráfico siguió abierto, llegando algunos camiones a realizar tres viajes de ida y vuelta diarios a Leningrado, recibiéndolos la población que esperaba en el destino final de la Fábrica Stalin con carteles que rezaban: “La Patria y Leningrado no olvidarán jamás vuestros esfuerzos”. A veces algunos camiones y trineos estirados por perros o caballos, se hundían en el hielo, atrapando a conductores y animales, por eso cuando un vehículo hacía más de tres viajes se lo premiaba con medallas ante el valor que tal acción suponía. Se llegó también a alargar la ruta de aprovisonamiento, que en esos momentos se extendía desde Osinovets, Kabora, Ladoga Novaya, Sysstroi, Kolchanovo y Koskovo. Gracias a la cantidad de convoyes, se pudo hacer un regalo a los habitantes de Leningrado de 50 gramos más de pan por persona el 25 de Diciembre, día de Navidad.Y la muerte llega también del aire, porque los alemanes comienzan a bombardear la extensión helada del lago, provocando grietas que se engullen numerosos carros. Para evitar los aviones, el tráfico se desarrolla de noche, pero la situación no mejora. En estas difíciles condiciones atmosféricas muchos camiones se extravían en las tempestades de nieve y muchos conductores mueren ateridos. Sin embargo, el nivel de las provisiones para los asediados logra aumentar notablemente. El 25 de diciembre, día de Navidad, las raciones registran una pequeña mejora. No son todavía suficientes para sobrevivir, pero la aumentada cantidad de víveres distribuidos provoca en la población un efecto muy positivo. Entre tanto el frente languidece. Los rusos no están aún en disposición de contraatacar. Los alemanes esperan. Todavía están convencidos de que pueden tomar Leningrado por hambre. Efectivamente, a pesar de la mejora lograda las raciones quedan bajo el nivel mínimo indispensable, y el frío excepcional agrava la situación de los asediados. También el número de muertos aumenta. Un cuerpo desnutrido más allá de ciertos limites no sobrevive, aunque se mejore la alimentación. En noviembre los muertos han sido 11.000; en diciembre, 50.000; en enero, 100.000. Leningrado parece una ciudad muerta. Una de las pocas cosas que todavía funciona es la red de emisoras. Para la gente recluida por el frío en las casas oscuras, la radio representa el único contacto con la vida. Los programas de música, de poesía, de información, resuenan en las calles desiertas, sin interrumpirse nunca.
![]() |
| Tropas soviéticas moviendo los cadáveres de 5 mujeres víctimas del hambre y el frio. |
Año 1942
Al empezar el 1 de Enero,el Ejército Rojo desde fuera lanzó un asalto desde Tijvin al cercano pueblo de Voibokalo, que arrebató a los alemanes, conquistando a su vez un importante nudo ferroviario que facilitaba el suministro a Leningrado. Los alemanes y finlandeses respondieron con continuos bombardeos sobre la Carretera de la Vida y el ferrocarril de Tijvin, pero sin éxito porque los convoyes siguieron llegando a la ciudad. También inflitraron esquiadores germano-fineses que atacaban la ruta de camiones, los cuales al principio tuvieron relativos triunfos, hasta que los soviéticos también emplearon tropas con esquís para contrarrestarlos. Con estos logros llegaban diariamente a Leningrado 1.500 toneladas de víveres, lo que permitió aumentar las raciones de la gente a 200 gramos de carne o pescado y 400 gramos de pan. De hambre morían en Leningrado 10.000 personas diarias.A final de enero de 1942 nadie cree poder sobrevivir. Los amigos, al despedirse, se saludan como si fuera la última vez. A lo largo de las calles el número de los cadáveres es tal que nadie piensa ya en recogerlos, ya que a causa del intenso frío no hay peligro de epidemia. A pesar de la dramática situación, no se registran en la ciudad casos de saqueo, violencia o demostraciones derrotistas. La gente espera resignada, no se sabe si a la muerte o al fin del asedio. Cuando los locutores de la radio no tienen ya más música que emitir y están demasiado débiles para hablar, los altavoces difunden el tictac del metrónomo. Cualquier cosa antes que el silencio. La falta de sonidos significa la muerte.
![]() |
| Escena habitual de Leningrado:la muerte,el hambre y e frío se cobran su porción de victimas |
En febrero de 1942 mueren en Leningrado una media de 10.000 personas al día, pero para los supervivientes la vida continúa. Los investigadores continúan trabajando en las bibliotecas, los escritores dan conferencias. Tienen tanto frío como para quemar la silla en que se sientan, pero siguen afanándose. Desarrollar una actividad, cualquier actividad, era indispensable para continuar viviendo. Resulta que los que tienen más intereses viven más tiempo que los que prefieren quedarse en cama, calientes, con la ilusión de conservar sus energías. Y hasta es posible recopilar una clasificación de quiénes resisten más a la penuria: generalmente mueren primero los viejos y los niños, luego los hombres y finalmente las mujeres.
Hitler se desesperaba al ver que los habitantes no morían, por lo que ordenó sin piedad que la Luftwaffe arrasara la ciudad. Bombarderos Heinkel He 111, Junkers Ju 88, aviones en picado Stuka y cazas Messerschmitt 109 lanzaron todo tipo de bombas y ametrallaron a ras de suelo a la gente en la ciudad. Junto con la artillería de largo alcance, entre la que había los poderosos cañones de 88 milímetros, cayeron hasta 20.000 artefactos explosivos sobre Leningrado que mataron a 2.000 civiles. Los daños fueron cuantiosos, ya que los bombarderos dejaron al 63% de las fábricas sin luz eléctrica y al 20% sin cristales en pleno invierno. Estructuras de edificios famosos sufrieron roturas como el Palacio del Invierno, el Jardían Botánico, así como las principales universidades.
En marzo de 1942 se notan los primeros signos de primavera, pero con el tiempo surge otro peligro. El hielo empieza a derretirse y la "carretera de la vida" en el Ladoga se hace más peligrosa cada día. Los camiones siguen atravesando el lago cada vez más febrilmente, mientras lo permite el espesor del hielo. Llega también el peligro de las epidemias. Los cadáveres abandonados en las calles afloran al empezar el deshielo. Las basuras infectan el aire. Se comienza en seguida una campaña de limpieza para evitar que se desarrollen epidemias, pero es como limpiar el Polo Norte cubierto de basura. En las operaciones participan escuadras de voluntarios compuestas por estudiantes, profesores, mujeres y viejos.
El 15 de abril de 1942 la mortandad ha bajado a una media de 3.000 personas al día. Los camiones ya no atraviesan el lago, pero en cambio se ve un tranvía circular por la ciudad. La gente llora de alegría al verlo. Aquel tranvía es la primera señal de vida en una ciudad que llevaba meses como muerta.
Leningrado parece desperezarse. La temperatura suave y las noticias que llegan de los otros frentes despiertan las esperanzas y las energías. Se empieza a reparar las casas mientras muchas calles son reabiertas al tráfico Pero, sobre todo, se construyen nuevas embarcaciones para sustituir a los camiones que ya no pueden atravesar el lago, de modo que la "carretera de la vida" no será interrumpida. En mayo de 1942, aunque la gente sigue muriendo por los sufrimientos padecidos durante el invierno, la situación alimenticia registra una notable mejora. Las embarcaciones llevan de un lado a otro del lago provisiones y tropas de refresco. Se permite también la evacuación de la ciudad. Las personas no aptas para el trabajo son evacuadas en masa hacia las regiones más seguras del este del país. En el frente, entre tanto, la situación permanece estacionaria; a pesar de los refuerzos, las tropas soviéticas no están en disposición de atacar. Y está claro que el asedio será todavía largo.
Hay que preguntarse por qué tantos sufrimientos no llevaron a la población a rendirse. La respuesta es simple: la resistencia a ultranza fue debida, además de al profundo amor a la patria y a un odio feroz al invasor, a la estupidez de los mismos alemanes, que amenazaron a los leningradeses con el exterminio. Estos, entre otras cosas, se enteraron de que el general de las SS Malwerstedt había claramente manifestado la intención de someter la ciudad a una gigantesca "cura higiénica", consistente en castigar con torturas al menos a 400.000 de sus habitantes; perspectiva esta que tuvo el natural efecto de electrizar el espíritu combativo de los asediados.
Entre tanto, para estimular a los leningradeses, fueron organizadas manifestaciones deportivas a las que toda la población activa era invitada. Los partidos de fútbol eran incluso transmitidos por radio para que pudieran ser escuchados también en las líneas alemanas, con el fin de demostrar que la ciudad no pensaba en rendirse. Pero con frecuencia los gruesos calibres enemigos interrumpían las competiciones. Seguros de que el asedio continuaría el invierno siguiente, los leningradeses se dedicaron con tiempo a proveerse de leña. Todas las casas de madera en la periferia de Leningrado fueron derriba- das. No se tocaron los árboles de los parques, pero se procuró recoger leña también en los bosques vecinos. Más de 3.000 mujeres fueron utilizadas en estos trabajos. Otros miles de mujeres fueron enviadas a cavar turba en los pantanos cercanos. La leña y el combustible recogidos garantizaron un invierno seguramente más cálido que el anterior. Especial impulso fue dado también a la agricultura. Cada familia recibió un manual para la "jardinería de asedio" con las instrucciones necesarias.
Diversas tácticas empleó el Eje para atacar la ruta de Osinovets en el Lago Ladoga durante verano, entre ellas el Destacamento Naval K Finés con la lancha torpedera Sisu; la XII Flotilla MAS Italiana con las lanchas cañoneras MAS 526, MAS 5527, MAS 528 y MAS 529; además de prestarles Alemania las lanchas dragaminas SF-11, SF-12, SF-21 y SF-26. Las incursiones tuvieron relativos éxitos, logrando hundir varias gabarras rusas y minando Osinovets, a la que dejaron paralizada un tiempo por culpa de las minas submarinas. Uno de los ataques más brillantes fue cuando los italianos cañonearon y destruyeron la estación de radio soviética del Islote de Sukho, dejando por tanto incomunicado el Lago Ladoga con Leningrado. Para contrarrestar la acción de las embarcaciones ítalo-germano-finesas, el Ejército Rojo estableció patrullas navales y diversos aviones en el Lago Ladoga. En manos de barcos y aviones rusos les fueron hundidas a los alemanes las lanchas dragaminas SF-11, SF-12, SF-21 y SF-26. Por otro lado los italianos con sus lanchas MAS hundieron un cañonero soviético y una gabarra de víveres. A causa de estas pérdidas, el comandante finlandés Paavo Talvela ordenó cancelar las operaciones navales en el Lago Ladoga y seguir dando prioridad a la aviación.
Hubo una ligera ofensiva alemana el Agosto de 1942 denominada Operación Sintavin con el fin de aislar Leningrado con el área del Río Voljov. Lo cierto es que se produjeron avances, llegando a combatir tropas alemanes en los suburbios de Leningrado, donde se dieron duelos de francotiradores, pero sin llegar a más. También se logró la conquista importante de algunas cabezas de puente en el Río Neva por parte de los soldados españoles de la División Azul. Pero en Septiembre por razones estratégicas a nivel general de Europa, Hitler ordenó la cancelación de la operación.
Año 1943
Cuando llegó el nuevo invierno de 1942-1943 los soviéticos y habitantes de Leningrado ya estaban preparados. La poca población que quedaba, bien porque había muerto o sido evacuada, se reducía a 750.000 personas, con una gran cantidad de reservas alimenticias que les impedirían pasar hambre, aunque sí tener un estricto racionamiento.Las tropas de Leningrado están finalmente listas para enfrentarse al enemigo. Mientras se espera la orden del ataque decisivo, llega el anuncio de la gran victoria soviética de Stalingrado. A falta de periódicos, la noticia es comunicada a las tropas mediante folletos a ciclostil. El éxito de Stalingrado refuerza la determinación de los defensores de la ciudad. Una contraofensiva lanzó el Ejército Rojo desde Leningrado contra Schlüsselburg el 12 de Enero de 1943 bajo nombre de Operación Iskra. Tuvieron lugar diversos ataques contra todo el Voljov y las costas del Lago Ladoga con intensas batallas.
![]() |
| Milicianos soviéticos en sus pozos de tirador. 1943. |
![]() |
| Un Panzer VI Tigre en los alrededores de la ciudad |
Los soviéticos fueron avanzando a través del Río Voljov teniendo encuentros sangrientos con las tropas españolas que resistieron en Puskin, Kolpino y el Río Izhora. El encuentro más encarnizado tuvo lugar sobre los Altos de Sinvanino y Posselok, llegando a haber un combate cuerpo a cuerpo entre españoles y soviéticos, que se decantó finalmente por la victoria del lado de los hispanos. Sólamente en Posselok los españoles de la División Azul encajaron 124 muertos y 277 heridos.
En la primavera de 1943 los cañones enemigos siguen todavía apuntados contra la ciudad. En vista del inútil intento de tomar Leningrado por hambre, los alemanes han decidido doblegarla por el fuego. Desde el comienzo de la guerra ninguna ciudad ha sufrido un martilleo de artillería tan intenso.
Durante meses una avalancha de fuego se vuelca sobre la ciudad sin mostrar interrupción. Son especialmente tomados como blanco los barrios de viviendas, para aumentar el pánico entre la población civil. El cañoneo se hace más intenso en las horas punta, cuando la gente es más numerosa por las calles. La situación vuelve a ser dramática. Después de haber saboreado la alegría de la liberación, la desilusión de los leningradeses es aún más amarga. Esta guerra parece no tener fin. Durante todo el verano, mientras los cañones alemanes continúan hostigando la ciudad, los altavoces retransmiten ininterrumpidamente himnos patrióticos. Pero esto no basta para levantar la moral de la población. Sin embargo, bajo el bombardeo la vida continúa. "Este lado de la calle es menos peligroso", dicen los letreros que van apareciendo por toda la ciudad. Es una estratagema desesperada para facilitar el tráfico incluso durante el cañoneo, pues si no la ciudad quedaría paralizada. Los alemanes disparan desde el sur, y por consiguiente el lado meridional de las calles resulta menos expuesto al fuego. Los leningradeses se habitúan así a caminar bajo el tiro de la artillería.![]() |
| Batería de artillería alemana, equipada con 2 morteros franceses M18L-16 de 520 mm |
Han conseguido notar también por el silbido del proyectil si pueden seguir andando o hay que echarse a tierra. Pero las victimas aumentan. A fines de 1943 los muertos por cascotes de granada suben a 16.000. Y Leningrado, después de dos años y medio de guerra, espera todavía el fin de la batalla. Mas la larga espera y los indescriptibles sufrimientos no han doblegado el espíritu de resistencia de la población. Aunque sólo un tercio de las fábricas sigue funcionando, la producción continúa. Los trabajadores son estimulados por grandes manifestaciones propagandísticas.
Tampoco pudieron los rusos desalojar a los finlandeses del Istmo de Carelia que se aferraron al suelo como ventosas. A partir de ahí el Ejército Rojo ya no pudo avanzar más y pasó a la defensiva de nuevo, aunque con el importante éxito de haber abierto Leningrado por ferrocarril con el resto de Rusia.
Apenas hubo cambios significativos en los meses siguientes del año 1943 sobre Leningrado. La Luftwaffe continuó sus bombardeos sobre la matrópoli y en las rutas de suministros, aunque sin éxito. Por si fuera poco la División Azul fue retirada en Octubre y devuelta a España, perdiendo los alemanes un importante aliado. Cualquier esperanza de tomar la ciudad por inanición se había esfumado para Hitler. Tampoco se pudo minar la moral mediante el bombardeo, y eso que 16.000 personas murieron por las bombas a final del año. Además el cerco cada vez le salía más caro al Eje en valores monetarios y humanos para sus hombres.
Año 1944
La crisis del Eje en 1944 hacía el asedio sobre Leningrado imposible de mantener. El Ejército Rojo decidió de una vez por todas lanzar la ofensiva final y liberar la ciudad.
Nada más amanecer el 14 de Enero de 1944, el Ejército Rojo desencadenó la definitiva ofensiva sobre el Frente Leningrado con un potente bombardeo de artillería preliminar y de aviación. El avance soviético fue arrollador, rompiendo el tendido defensivo alemán llamado “Línea Pantera”. Un total de 85 cañones de los que bombardeaban Leningrado fueron tomados por los rusos y empleados contra los alemanes en retirada, una simbólica venganza. Mgu y su nudo ferroviario que enlazaba Leningrado con Moscú fue liberado el 21 de Enero tras intentos combates. Mientras tanto en el Norte, los finlandeses fueron empujados desde el Istmo de Carelia hasta la misma Finlandia, aislando así cualquier peligro venido desde allí.
Finalmente el 27 de Enero de 1944, los últimos alemanes supervivientes levantaron el bloqueo. Después de 872 días de asedio, Leningrado había sido liberada.
![]() |
| Tropas soviéticas entran en el Palacio de Catalina en Pushkin.24-Enero-1944. La liberación de Pushkin, Krasnoye Selo y Peterhof marcó el fin del asedio de Leningrado. |
El 27 de Enero de 1944 pasó a la Historia de Rusia como el día en que se había liberado Leningrado. El comunicado lo lanzó el secretario político Andrei Zhdanov: "En el curso de los combates del día de hoy se ha completado una misión histórica de importancia: la ciudad de Leningrado ha sido totalmente liberada del bloqueo del enemigo y del bombardeo de su artillería". A continuación hubo 30 segundos de silencio, pero luego la población estalló en júbilo de alegría, celebrándolo y bailando por las calles, teniendo lugar por la noche un bonito espectáculo de fuegos artificiales y 24 salvas de cañón por los caídos.
Leningrado se convirtió en el lugar que más civiles murieron durante la Segunda Guerra Mundial, una demostración de lo que el horror humano puede hacer. La Unión Soviética sufrió la espeluznante cifra de 1.820.000 muertos (332.059 soldados caídos en los combates, 1.000.000 civiles fallecidos por el hambre y 15.000 más por los bombardeos).
El Eje también padeció su particular sufrimiento, sumando alrededor de 20.000 muertos, de los cuales apróximadamente unos 15.000 eran alemanes, 4.000 fineses y 1.000 españoles.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Leningrado recibió de manos de Iósif Stalin la Orden de Lenin por su valor frente al enemigo. El Presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, entregó el Pergamino de Leningrado como agradecimiento del pueblo norteamericano, en este aparecía escrito: En nombre del pueblo de los Estados Unidos de América, presento este pergamino a la Ciudad de Leningrado como tributo a sus heroicos soldados y a sus leales hombres, mujeres y niños, que aislados del resto de su nación por el invasor y a pesar del continuo bombardeo y de los indescriptibles sufrimientos del frío, el hambre y la enfermedad, lograron defender con éxito su venerada ciudad a lo largo del período crítico del 8 de Septiembre de 1941 al 18 de Enero de 1943, simbolizando así el espíritu indomable de los pueblos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y de todas las naciones del mundo frente a las fuerzas de la agresión.
Con el fin de la Guerra Fría en 1991, Leningrado volvió a su nombre original: San Petesburgo. El siglo XX había sido muy movido para esa ciudad: la Revolución de 1905 con innumerables manifestantes asesinados, la Revolución de Febrero de 1917 en la que cayó el Zar Nicolás II, los Días de Julio que dejaron un baño de sangre, el golpe de Estado de Lavr Kornilov, la Revolución Bolchevique de 1917 con el asalto al Palacio del Invierno, la Rebelión de Kronstadt, los horrores de la Guerra Civil Rusa, las matanzas comunistas, las purgas de Iósif Stalin en 1937 y el Asedio de Leningrado por los alemanes entre 1941 y 1944 con 1.820.000 muertos. Bibliografia: "The Siege of Leningrad 1941–44",David Glantz,"The Siege of Leningrad",de Stanford University Press, Palo Alto, California y "Writing the Siege of Leningrad. Women's diaries, Memories, and Documentary Prose",de Cynthia Simmons.















No hay comentarios:
Publicar un comentario