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martes, 15 de octubre de 2013

La actuacion de la Luftwaffe en Normandía

El declive de la Luftwaffe en el Frente Occidental comenzó a finales de 1943 y se evidenció a principios de 1944.
Este proceso, en parte, fue consecuencia del tumor que se había originado tiempo atrás, especialmente durante y por las operaciones aéreas de suministro aéreo (y su apoyo) a las desgraciadas formaciones del Sexto Ejército de Paulus en Stalingrado, y por la lenta pero continuada sangría provocada por la
guerra en el Frente Oriental.

En el Frente Occidental, a partir de febrero de 1944 la Luftwaffe ya no podía compensar la pérdida de pilotos entrenados con nuevas tripulaciones. En marzo, las pérdidas de pilotos alcanzaron el 22% de los pilotos de la Defensa Aérea del Reich, cifra que en abril subió al 38% (y 24% de los pilotos de la Luftflotte 3). En abril la Luftwaffe había perdido 489 pilotos de caza, pero sólo pudo entrenar a 396 pilotos, entrenamiento que no se parecía en casi nada al que fue estándar hasta septiembre de 1942. Hasta esta fecha todos los pilotos de caza y bombarderos de la Luftwaffe recibían un entrenamiento completo de vuelo y un curso en los últimos modelos antes de ser enviados al combate. La escasez de fuel e instructores de 1942 (esos instructores que se sacrificaron en una causa perdida en el suministro aéreo de Paulus) forzaron al Alto Mando de la Luftwaffe a recortar los cursos de entrenamiento de los pilotos, y en 1944 los pilotos de caza de la Luftwaffe entraban en refriega con sólo 130 horas de vuelo total, y frecuentemente con no más de 25 horas en aviación operacional. En contraste, los pilotos de caza estadounidenses entraban en combate durante ese mismo periodo con más de 400 horas de vuelo total, incluyendo más de 100 horas de aviación operacional.

Tripulaciones inadecuadamente entrenadas, tanto en aparatos de combate como en el manejo
de las baterías antiaéreas, es un peligroso cóctel que puede estallar en cualquier momento. Y así sucedió en Normandía con los bombarderos alemanes: la mitad de sus pérdidas no lo fue por la acción de la caza o arma antiaérea aliadas, sino por accidentes a la hora de aterrizar o por el fuego de las propias baterías flak alemanas.
Todas las fuerzas de la Luftwaffe en Francia y Países Bajos en 1944 estaban encuadradas en la Luftflotte 3, bajo el mando del mariscal de campo Hugo Sperrle. Sobre el papel, el 6 de junio de 1944, la Luftflotte 3 tenía 384.579 hombres bajo su mando, incluyendo 16.109 Luftwaffe Helferinnen (mujeres uniformadas asignadas a la Luftwaffe), 45.331 trabajadores extranjeros y alemanes, 24.019 trabajadores del Servicio de Trabajo del Reich, y 323.139 oficiales y hombres regulares de la Luftwaffe.

Los mandos aéreos de la Luftflotte 3 constaban de:

X Cuerpo Aéreo, fuerza de bombarderos pesados y aviones de ataque naval especializados.

IX Cuerpo Aéreo, fuerza de bombarderos convencionales (mayormente Ju-88s)

II Cuerpo de Caza, cuartel general para las alas de caza establecidas en Bélgica y Francia.

II Cuerpo Aéreo, cuartel general de mando para los cazabombarderos y aviación de ataque al suelo.

III Cuerpo Antiaéreo (Flak), mando de rádares y posiciones antiaéreas en Países Bajos y Francia.

La realidad de la Luftflotte 3 mostraba un cuadro mucho más sombrío que en el papel. A principios de junio de 1944, el II Cuerpo de Caza se había reducido a seis grupos de caza, con 160 Me 109 y Fw-190 operacionales. La Luftflotte 3 había tenido solamente 272 bombarderos de todos los tipos, incluyendo los virtualmente inutilizables bombarderos pesados He-177, Dornier 217, bombarderos de largo alcance Fw-200; el X Cuerpo Aéreo tenía 136 torpederos Ju-88, y el IX Cuerpo Aéreo, 144 Ju-88/Ju-188. El II Cuerpo Aéreo tenía cuatro grupos de cazas bimotores Ju-88 y Fw-190, con un total de 67 aviones, más un grupo de reconocimiento táctico de 42 Me-109.

Del total de 693 aviones, los índices de operatividad eran bajos, normalmente sin exceder del 60% (en contraste con el 70-80% de operatividad de la RAF y USAAF), de tal manera que cuando los aliados desembarcaran en Normandía, la Luftflotte 3 no tendría más de 500 aviones operacionales para oponer a los más de 7.000 aviones aliados que apoyaron la invasión.

En previsión de la invasión aliada, la Luftflotte 3 creó el III Cuerpo Flak en febrero de 1944, diseñado como una fuerza móvil para acudir con presteza a la parte más amenazada del frente, desplegando más de 3.500 cañones flak ligeros (20 y 37mm) y medios (88mm). El comandante del III Cuerpo Flak era el General der Flakartillerie Wolfgang Pickert, que había mandado la famosa 9ª División Flak en el Frente Oriental en 1942-43.

A la artillería del III Cuerpo Flak había que sumar la artillería antiaérea del ejército (cuerpo y división) y la naval. La Kriegsmarine tenía en 1944 un total de 88 batallones flak con 4/6 baterías por batallón (normalmente 4 cañones por batería). Una estimación para todas las armas de la Wehrmacht en Francia y Bélgica meridional a mediados de 1944 arroja una cifra de entre 7.000 y 8000 cañones flak.

Si ya la situación de fuerza y operatividad de la Luftwaffe era sombría al comenzar 1944, en nada ayudó la vengativa sed de sangre que por toda estrategia aérea impuso la incompetencia de Hitler,que había decidido, tiempo atrás, destruir hasta los cimientos la nación de un pueblo alemán que, según él, no había sabido dar la talla. La primitiva estrategia aérea de Hitler consistió en utilizar la escasa y valiosísima última reserva de bombarderos para bombardear las ciudades inglesas, con la vana intención de hundir la moral de un pueblo que, sin embargo, ya le había demostrado anteriormente y con creces cuán absurda era su pretensión. El Fuhrer quería vengarse a toda costa de los terribles daños que la aviación británica estaba infligiendo, a su vez, al pueblo alemán. Quizás el antiguo "tamborilero" pensaba que sólo él tenía derecho a imponer a sus enemigos los ataques aéreos terroristas.

De nada sirvió la férrea oposición del mariscal Sperrle, quien con mucho más criterio pretendía usar esa fuerza en una campaña aérea naval para atacar la navegación dentro y fuera de Inglaterra, fuera del alcance defensivo efectivo del Mando de Caza de la RAF. Pero el Führer, apoyado incondicionalmente por Göring, aquel depravado ser que dirigía la Luftwaffe, despreció como pasiva la estrategia de Sperrle. A finales de 1943 el IX Cuerpo Aéreo fue retirado del control operacional de la Luftflotte 3 y colocado bajo mando directo de Göring. En 29 ataques aéreos nocturnos de enero a mayo de 1944, el IX Cuerpo Aéreo realizó 4.251 salidas; la media de pérdidas por raid fue del 7.7%, y en mayo se habían perdido 329 bombarderos con sus tripulaciones sobre Inglaterra, sin ningún logro estratégico. El Día-D el IXCA sólo tenía 261 bombarderos bimotores.

El 6 de junio de 1944, la Luftflotte 3 realizó 319 salidas contra los aliados (que realizaron 14.674). El IX Cuerpo Aéreo del general Peltz realizó 130 salidas contra la flota invasora la noche del 6-7 de junio. El 8 de junio se habían realizado 500 salidas. En junio de 1944 se enviaron más de 1.100 aviones desde el Reich, y la mayoría se perdió rápidamente. Del 6 al 30 de junio la Luftflotte 3 y la Flota Aérea del Reich realizaron 13.829 salidas y perdieron 1.181 aviones por todas causas. Junio fue el peor mes de la Luftwaffe de todo 1944.

De las armas novedosas utilizadas por los alemanes, la única que se demostró eficaz fue la "mina ostra" (se armaba por un cambio en la presión del agua al pasar un gran barco, que era detonada luego por un disparador mecánico o acústico convencional). Los alemanes lanzaron más de 600 minas ostra, consiguiendo hundir cinco barcos de guerra y otros cuatro barcos en playas británicas entre el 22 y 29 de junio. En la playa americana de Utah hundieron 4 destructofres y 2 dragaminas, y dañaron otros 25 navíos. Queda por saber cuánto más daño habría causado esta nueva mina de contar Sperrle con los 300 bombarderos perdidos estúpidamente en los ataques terroristas a ciudades inglesas, que hubieran permitido, efectivamente, lanzar un número mucho mayor de minas en las aguas de Normandía.

Por otra parte, la "Operación Dr. Gustav" que ideó la Luftwaffe para contrarrestar la invasión aliada fue un fiasco. En esencia, se trataba de traer al área de Normandía la aviación que se había retirado al sur de Francia (para sacarla del peligro de los bombardeos aliados). El II Cuerpo Aéreo recibió unos 400 cazas de los 800 que el Reich había enviado a Francia, pero cuando acudieron en un papel de apoyo al suelo a los
centros de gravedad (algo parecido a lo que sucedió con los tanques, mutatis mutandis), fueron interceptados (Ultra) por la caza aliada y sus inexpertas tripulaciones se vieron obligadas, mayormente, a soltar sus bombas, y escapar. La operación fue un desastre y el 12 de junio de 1944 se cancelaron absolutamente todas las misiones de apoyo al suelo, dedicándose al papel interceptor.

Otras armas novedosas, como el Mistel, el Me-262 y las bombas guiadas se demostraron, por razones varias, un rotundo fracaso.

El arma alemana más eficaz fue la batería flak. La mayor parte de los 1.564 aviones perdidos por la RAF y USAAF en Francia y Alemania en junio de 1944, lo fueron por acción del arma antiaérea alemana.

Fuente:

James S. Corum, "The Luftwaffe in Normandy," y John Buckley, "The Normandy Campaign 1944: Sixty Years On".


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