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martes, 15 de octubre de 2013

La Gran Purga

 Las purgas militares que Stalin llevó a cabo en el Ejército Rojo (ER) en el periodo 1934-1939 no pasaron desapercibidas en su momento para los agregados militares y embajadores de las potencias occidentales en Moscú.
Son tantos los informes que todavía se conservan de la época realizados por ese personal para sus gobiernos, que muy bien se puede afirmar que la conclusión general dominante entre los ministerios de exteriores y los servicios de inteligencia militares de esas potencias (Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Estados Unidos…), mostraba el convencimiento de que el Ejército Rojo tardaría años en recuperarse de tal estrago en su cúpula militar.

Esas creencias occidentales por las purgas efectuadas por el régimen comunista de Stalin en las filas del ER parecen haber provocado en su momento ciertas reacciones dentro del aparato de poder stalinista. Viene a confirmar la existencia de tales reacciones un informe datado en abril de 1940 y firmado por E. Shchadenko. Este informe recoge en detalle las purgas militares realizadas por el régimen stalinista entre los años 1934-1939, con la incorporación de un memorando de fecha 20 de octubre de 1939 firmado por el coronel Shiryaev.

Todo el informe es una obra maestra de la interpretación estadística y del camuflaje de las causas de las purgas. Pero es un buen referente para establecer con cierta exactitud el número total de militares expulsados del ER, si bien no nos informa el número de condenados a muerte y ejecutados de esa cifra total de expulsados. Intentaré sintetizar ese laberinto de cifras que es el informe de Shchadenko.

En los seis años que incluyen el periodo 1934-1939 se expulsaron del ER a un total de 56.785 militares, a saber:

• En 1934 a 6.596
• En 1935 a 8.560
• En 1936 a 4.918
• En 1937 a 18.658
• En 1938 a 16.362
• En 1939 (hasta el 25 de octubre) a 1.691

Esos datos los proporciona el memorando de Shiryaev, que aparece datado el 20 de octubre, cuestión un tanto extraña, pues nos da los purgados de 1939 con fecha 25 de octubre. Como todo este informe fue traducido directamente del ruso al español por Olga, una compañera rusa que formó parte de un antiguo Foro, nos quedará la duda de si se trata de una errata en la traducción. De todas formas, es pura anécdota.

Lo importante es establecer que –de acuerdo con un documento oficial soviético de la época de los hechos- el número total de purgados militares de Stalin entre 1934-1939 fue de 56.785 militares.

Ahora bien, la pregunta inmediata que surge es cuáles fueron las razones oficiales de tales despidos. El informe nos lo aclara punto por punto y año por año. Para no alargarme en ello, tomaré los dos años principales por motivo de número de purgas, 1937 y 1938.

Se nos dice que del total de despedidos en 1937 (18.658) las razones fueron:

a) Motivos políticos: 11.104
b) Arrestados: 4.474
c) Alcoholismo y corrupción moral: 1.139
d) Enfermedad, invalidez y muerte: 1.941

Las razones de los 16.362 despedidos en 1938:

a) Motivos políticos: 3.580
b) Extranjeros: 4.138
c) Arrestados: 5.032
d) Alcoholismo y corrupción moral: 2.671
e) Enfermedad, invalidez y muerte: 941

Estas categorías para agrupar las razones en que se basaron esas purgas nunca han dejado de asombrarme, ya desde el primer día que leí el informe. Pues mi primera pregunta fue: ¿cómo aceptar esas categorías cuando los inculpados no fueron sometidos a un juicio legal? ¿Cómo dar por válidas esas categorías cuando, tiempo después de ser expulsados, hubo militares que fueron reincorporados al servicio aduciéndose oficialmente que la antigua acusación y condena habían sido un error? ¿Cómo no pensar que esas reincorporaciones fueron el producto final de una alarmante falta de mando ejecutivo militar en el ER y la inminencia de la guerra? ¿Por qué diferenciar esas categorías entre “motivos políticos” y “extranjeros”? ¿Acaso no responden ambas a una razón política? ¿Qué significa realmente la categoría de “arrestados”? ¿Debemos suponer que englobaba a los oficiales que, de una u otra forma, incumplieron las normas del servicio? ¿Tanta indisciplina había en el ER? ¿Y el “alcoholismo y corrupción moral”? ¿Acaso no era gran parte del ER y el Estado Comunista un maremagno de alcoholismo y corrupción?

Se nos dice en el informe que del total de 56.785 militares despedidos fueron finalmente reincorporados 11.178 militares, lo que nos dejaría la cifra final de purgados en 45.607 militares.

En su intento de explicar que las purgas no descabezaron al ER nos cuenta el informe:

[“¿Pues de dónde fue sacada la información sobre la escasez de los jefes militares antes de la guerra, la que viene citada con fruición por los adversarios de Stalin? Es bien claro: la cosa es que el número de los combatientes del ER estaba en esos tiempos aumentándose bruscamente, lo que exigía la instalación de decenas de miles de puestos de mando que tenían que estar ocupados. El 15 de junio de 1941, el número total de los jefes militares (incluyendo los jefes políticos, comandantes de flota aérea, marina militar y oficiales del comité popular de los asuntos interiores-NKVD) montaba 439.148 personas, estos es el 85,2% de lo debido”]

En el párrafo anterior se halla diluida la verdad que, a mi juicio, pone de manifiesto el verdadero alcance de las purgas militares de Stalin. Se nos dice ladinamente “la escasez de los jefes militares antes de la guerra”, cuando debería haberse dicho “la escasez de los jefes militares entrenados y competentes antes de la guerra”. El problema de “el número de combatientes del ER estaba en esos tiempos aumentándose bruscamente, lo que exigía la instalación de decenas de miles de puestos de mando que tenían que estar ocupados”, lleva implícita la explicación de la solución: como no había mandos (porque se habían eliminado) para cubrir las necesidades del ER, esos mandos simplemente se asignaron a oficiales (cadetes, subordinados, etc.) que no reunían los requisitos básicos y tradicionales dentro del proceso tradicional de nombramientos del ER para el mando que se les confería. Así es fácil afirmar que el ER tenía el 15 de junio de 1941 un total de “439.148” jefes militares, cifra que sólo puede provocar una sonora carcajada a quien esté un poco familiarizado con los asuntos militares. La Wehrmacht, por ejemplo, nunca llegó a conseguir el 4% de oficialidad sobre la fuerza total de sus ejércitos. Pero el informe nos quiere hacer creer que de los aproximadamente 2.900.000 hombres que el ER tenía movilizados el 22 de junio de 1941 (subiría a casi 5.000.000 un mes después), había un 15% de oficialidad. Bien, podemos creerlo, pero jamás creeremos, yo al menos, que la calidad de esa oficialidad pudiera ser aceptada en cualquier otro ejército.

Nos cuenta David M. Glantz en su When Titans Claseh: How the Red Army Stopped Hitler, que las purgas incluyeron: 3 de los 5 mariscales que había, los 11 comisarios adjuntos de defensa que había, todos los comandantes de los distritos militares, los comandantes y jefes de estado mayor de la Marina y Fuerza Aérea, 14 de los 16 comandantes de ejército, 60 de los 67 comandantes de cuerpo, 136 de los 199 comandantes de división, 221 de los 397 comandantes de brigada, y el 50% de todos los comandantes regimentales.

La historiografía soviética se ha distinguido siempre por su afán manipulador y propagandista. Pero en su intento de minimizar el impacto que tuvo para el ER las purgas realizadas por Stalin entre 1934 y 1939 ha logrado justamente lo contrario.

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